Actualmente, cada vez son más las empresas que emergen en el mercado y comienzan realizar su actividad. Por lo general, las personas que emprende tienen una gran motivación y el ánimo muy por arriba. Sin embargo, no siempre cuentan con las herramientas y recursos para iniciar una empresa y, mucho menos, para hacerla crecer.
En esta área, surgen tres tipos de asesoramientos para empresas que están destinadas a ayudar a los emprendedores y empresarios. Se trata de la gestoría, asesoría y consultoría, las cuales tienen muchas similitudes en común, como así también presentan muchas diferencias entre sí.
Son tres tipos de servicios diferentes que en ocasiones contratan las empresas para el correcto desarrollo del negocio. Consiste en recibir el asesoramiento de profesionales altamente calificados, que ayudan a mejorar aspectos como la solución o gestión de los problemas que puedan surgir.
En este artículo, podrás ver con certeza en qué se diferencian la gestoría, asesoría y consultoría. De esta manera, tendrás una visión más clara de cuál de ellas necesita tu empresa.
La gestoría de empresas lleva a cabo todos los trámites que estén relacionados con la gestión administrativa. Los profesionales que realizan este trabajo deben tener estudios, ya que los trámites efectuados por los emprendedores son bastante complejos. Por lo cual, si decides contar con los servicios de estas tendrás asegurado la garantía y especialización de una buena gestión a su debido tiempo. Además, estos servicios incluyen el cumplimiento de todas las obligaciones fiscales y el resto de los trámites.
El gestor te ahorrará mucho tiempo en las gestiones burocráticas y esto te permitirá centrarte en el crecimiento de tu negocio. Sin embargo, lo que no hará es asesorarte sobre el rumbo que debes seguir y cómo hacerlo.
Estas son las funciones principales de un gestor de empresas:
La principal función de una asesoría es proporcionar a sus clientes asesoramiento fiscal, contable, mercantil, legal y laboral. De esta manera, se analizan las cuentas de la empresa y se evalúa en qué situación se encuentra el negocio para mejorar su rendimiento y prevenir ciertos escenarios. Es decir que, la asesoría brinda sus conocimientos y consejos, ayudando a que una empresa o negocio mejore en un determinado aspecto.
Las asesorías de empresas brindan su conocimiento oportuno y siempre están al día de las nuevas legislaciones y leyes que se publican en cada momento. No sólo prestan un servicio de asesoramiento, sino también el de toda la gestión necesaria que conlleva la puesta en marcha de cualquier empresa.
El asesor es un profesional altamente calificado que se encarga de supervisar y analizar todos los documentos contables y fiscales. Además, estudia el rendimiento de la empresa y toma las medidas necesarias para optimizar los beneficios de la misma, para evitar situaciones de riesgo.
En resumen, las funciones principales de una asesoría de empresas se pueden traducir en estas dos:
La consultoría de empresas identifica cuáles son los problemas en un modelo de negocio y adapta los procedimientos. A su vez, pone en práctica políticas comerciales para aumentar la productividad y la rentabilidad. Por lo tanto, es un servicio contratado con fines de obtener unos objetivos específicos a la medida de cada proyecto empresarial.
El consultor es un profesional experto en una materia y presta servicios a las empresas o profesionales con el objetivo de resolver sus problemas. A través de la figura del consultor, se realiza un profundo análisis de la situación que está afectando a la empresa. Él se encargará de estudiar cuál es el origen del problema y qué pasos hay que seguir para solucionarlo.
Estos son los tipos de problema empresarial que aborda un consultor: